Anorexia y bulimia
os Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son enfermedades mentales que durante años han afectado a miles de personas, tanto hombres como mujeres; sin embargo, en la actualidad, han sido más visibilizados debido al uso de las redes sociales. Los TCA pueden afectar a cualquier persona sin importar su sexo, género, raza, nivel socioeconómico o edad, aunque se ha visto que es más frecuente que se inicie durante la adolescencia o adultez jóven y es más frecuente en mujeres que en hombres. Pueden estar asociados a diversas complicaciones médicas y psicológicas, afectando al funcionamiento psicosocial de la persona.
De acuerdo al Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-5), podemos clasificar los Trastornos de la Conducta Alimentaria en:
- Anorexia nerviosa
- Bulimia nerviosa
- Trastorno por atracón
- TCANE (Trastorno de Conducta Alimentaria No Especificado)
- PICA
- Trastorno por rumiación
- Trastorno por evitación / restricción de alimentos
- TCA-NE (TCA especificado, pero no cumple con todos los criterios diagnósticos)
A pesar de los diversos TCA que existen, en este artículo solo nos enfocaremos en dos, que son generalmente los más conocidos: anorexia nerviosa y bulimia nerviosa.
Anorexia nerviosa
Se caracteriza por una restricción y reducción de ingesta nutricional, es decir, que la persona que padece de este trastorno se limita o reduce la comida que generalmente ingiere: esto causa que se pierda peso notablemente, afectando la salud física. La persona está constantemente preocupada, o incluso puede tener miedo a ganar peso, haciendo lo posible para que esto no suceda. A su vez, también le es difícil reconocer que está por debajo de su peso y no es capaz de ver su estado físico real; su propia imagen se puede ver distorsionada, lo que le da sobrevalor a su peso corporal e imagen física. Existen dos tipos de anorexia nerviosa:
- Restrictiva: La persona lleva a cabo ayuno y/o ejercicio de forma excesiva.
- Atracones/purgas: La persona tiene episodios recurrentes de atracones y/o purgas, es decir, que come demasiado y después se provoca vómito o utiliza laxantes, diuréticos o enemas.
Bulimia nerviosa
A diferencia de la anorexia, una persona que padece de bulimia no restringe ni reduce la ingesta de alimentos, sino que la persona ingiere una cantidad de comida superior a la de la mayoría de la gente, esto en un determinado período de tiempo, en el cual además aparece una sensación de pérdida de control y de no poder parar de comer. La persona, con tal de evitar el aumento de peso, se autoprovoca vómito, realiza ayunos, o utiliza laxantes o diuréticos; a esto se le llama “purga” y produce una sensación de alivio. La persona que padece de bulimia nerviosa está constantemente preocupada por su peso y su imagen corporal. Quién padece de bulimia, en comparación con alguien que padece anorexia, a nuestros ojos se ven como que están en su peso “normal”, pero ellas mismas pueden verse con sobrepeso, debido a que se ven “normales”, es difícil que la gente alrededor no note este trastorno. Mucha gente con bulimia también sufre de anorexia.
Pero, ¿cuál es la causa de la anorexia o la bulimia? Hay factores que se pueden ver involucrados en cualquiera de los dos, tales como genéticos, hormonales, psicológicos, familiares, sociales o culturales. Sin embargo, no se conocen las causas exactas. No obstante, se han observado otros factores de riesgo para estos dos tipos de TCA:
- Medios y redes sociales que promueven tipos de cuerpos delgados como “ideales” o “perfectos”.
- Estar constantemente atento/a o preocupado/a por el peso y la figura, ya sea de sí mismo/a o de otra persona; compararse constantemente con el físico de alguien más.
- Tener una imagen negativa de sí mismo/a.
- Tener problemas alimentarios durante la lactancia o la primera infancia.
- Tener ciertas ideas culturales o sociales respecto a la salud y a la belleza.
¿Cómo nos afecta la anorexia y la bulimia?
Así como cualquier otro tipo de TCA, la anorexia y la bulimia afectan nuestra salud física y nuestra salud emocional. Cuando alguien padece de cualquiera de estos dos trastornos, lo podemos observar en el espejo o en la báscula, pero no podemos ver lo que sucede dentro: al hacer ejercicio en exceso, limitarse a comer, comer más de lo normal, autoprovocarse vómito o ingerir algún tipo de laxante, se daña el sistema digestivo, nuestro esófago, nuestros dientes, e incluso nuestros músculos, huesos, cabello, piel y hasta el sistema nervioso. En cuanto a lo emocional, los TCA no solo afecta la relación con nosotros mismos, sino también la relación con todo lo que nos rodea.
Por otro lado, está la salud emocional, para esto, hablaré de dos cosas: cómo impacta la comida en nuestro estado emocional en el día a día y el amor propio. Primero, todos debemos tener claro que la comida es nuestra gasolina y necesitamos esta gasolina para tener energía, para funcionar durante el día, y cuando no le damos esta gasolina a nuestro cuerpo, nos sentimos cansados, y estando cansados, nos podemos sentir irritados o enojados, lo que puede afectar las actividades que realizamos día a día. A continuación, pondré un ejemplo para dejar más clara esta idea:
Un lunes por la mañana, decides saltarte el desayuno para “ahorrarte” las calorías; llegas a la escuela, te sientes cansado, la profesora empieza a hablar, pero tu cerebro no tiene energía para ponerle atención. Ella se da cuenta que no le estás poniendo atención, por lo que se molesta y te regaña, no has comido, lo que influye en tu humor y hace que te sientas enojado. Le contestas mal a la profesora y esto causa una pelea entre ella y tú. Ese día, tienes cero en su clase.
Así como esto, hay muchas otras situaciones en donde podemos darnos cuenta cuando no le damos gasolina a nuestro cuerpo, esto impacta en nuestras actividades en casa, en la escuela o en el trabajo. También tiene un impacto en nuestras relaciones, ya sea con familiares, amigos, pareja, o con cualquiera que nos rodee, lo que me lleva al punto número dos: el amor propio.
Anteriormente, mencioné que una de las causas de un TCA es “tener una imagen negativa de sí mismo/a” lo que significa que alguien que padece de un TCA no tiene una relación sana con él o ella misma, ya que no se ve como alguien suficiente. Conforme ha pasado el tiempo, me he dado cuenta que alguien que no tiene una relación sana con sí mismo/a, le es muy complicado tener una relación sana con alguien más: debes valorarte y quererte a ti primero, antes de buscar que te quiera o te valore alguien más, por lo que primero tenemos que trabajar para tener una relación estable con nosotros mismos.
En esta última década, los medios y las redes sociales nos han mostrado estereotipos de lo que es el cuerpo perfecto, por ejemplo, modelos de Victoria Secret que miden 1.75, con piernas largas y el abdomen marcado, con ojos claros, labios gruesos y extremadamente delgadas; o en el caso de los hombres, modelos de Abercrombie con brazos fuertes y “six pack”, es decir, el abdomen marcado como si solo se dedicaran a hacer abdominales durante el día. Estos estereotipos han llevado a adolescentes y adultos jóvenes a intentar imitar el físico de lo que ven en el día a día. A esto se le llama perfeccionismo, y en la psicología esto consiste en la “creencia de que se puede y se debe alcanzar la perfección”, lo que al final solo termina en frustración debido a que no existe el cuerpo perfecto. Todos los cuerpos son diferentes, incluso aunque hiciéramos la misma dieta que una modelo de Victoria Secret o hiciéramos la misma cantidad de abdominales que un modelo de Abercrombie, no podríamos tener el mismo cuerpo debido a muchos factores como la genética, edad, grupo étnico, entre otros.
Aquí también entra alguien que puede llegar a ser nuestro peor enemigo: el crítico interior. El crítico interior es aquella voz en nuestra cabeza que nos hace dudar de nosotros mismos, la voz que nos hace pensar “no soy lo suficientemente capaz”, “si fuera más delgada sería más guapa” o “si comiera menos podría tener novio”. El crítico interior es lo que no nos deja disfrutar el día o un buen pedazo de pastel, el que no nos deja dormir en paz, y peor, que no nos deja progresar ni mejorar. La buena noticia es que al mismo tiempo, es lo que nos puede llevar a alcanzar nuestras metas, ya que nosotros tenemos el poder de controlar a nuestro crítico interior, y aunque parezca complicado, somos quienes podemos cambiar todos esos pensamientos negativos por positivos y mejor empezar a pensar “soy capaz de todo lo que me proponga”, “voy a hacer más ejercicio y mi cuerpo se va a sentir más activo durante el día” y “nadie me va a querer menos si me como 2 rebanadas de pizza”. El crítico interior puede ser nuestro peor enemigo, pero también nuestro mejor amigo.
Parece que digo esto muy fácil, pero por experiencia sé que es mucho más difícil de lo que se dice. Como todo en esta vida, es un proceso complicado y un poco largo, pero que al final vale completamente la pena trabajar, sobre todo si padeces de un TCA, para evitar padecerlo, o simplemente para trabajar en ti.
¿Cómo salir adelante cuando padeces de Anorexia o Bulimia?
Antes que nada, y lo principal es, buscar ayuda. Aunque a veces sintamos que podemos salir adelante por nuestra propia cuenta, esto es un error. Claro que la voluntad propia y el querer salir adelante es el factor principal para mejorar, pero para lograr esto31 debemos de estar acompañados por alguien profesional, además de alguien cercano a nosotros. Muchas veces, sobre todo cuando somos jóvenes, nos cuesta aceptar que algo está mal con nosotros, y aunque lo sepamos, nos puede costar mucho decirlo. Seguramente nuestra primera opción es hablar con un amigo o una amiga, y aunque eso nos haga sentir escuchados, es muy importante hablarlo con un adulto. Debemos respirar, armarnos de valor, y acercarnos con un adulto cercano y de confianza, ya sea nuestra mamá, papá, un tío, un maestro o maestra, o la psicóloga de nuestra escuela.
Spoiler: aunque tus papás no sean la primera opción, van a terminar enterándose, pero no te preocupes por esto, ya que son quienes más te van a apoyar al final.
Una vez que lo hablaste con un adulto, lo siguiente es buscar ayuda profesional ya sea de un psicólogo, psiquiatra y un nutriólogo especialista en TCA. Entiendo que algunas veces el término de psicólogo o psiquiatra nos asuste, pero es fundamental que acudas a alguno de ellos, ya que son profesionales y ellos son quienes mejor te van a guiar para mejorar. También es importante acercarse a un nutriólogo y no para que te de una dieta, sino porque es él o ella quien te va a enseñar a llevar una relación sana con la comida, sin pasarse ni limitarse, simplemente para aprender a disfrutar de todo lo que ingieres sin miedo y sin culpa.
Una vez que estás en proceso de mejorar y de salir adelante, verás que te sentirás muy orgulloso/a de ti, lo que poco a poco mejorará la relación contigo mismo/a, siguiendo por una mejora en las relaciones con tus familiares y amigos, incluso con tu entorno como la escuela.
Por último pero no menos importante, te daré algunos tips e ideas que me han sido útiles a través del tiempo:
- No tengas miedo ni pena de hablar o de pedir ayuda: nunca vas a estar solo.
- Ten en mente que todos y todas tenemos cuerpos diferentes, todos únicos y perfectos a su propia manera.
- No es novedad que el internet y las redes sociales están llenas de imágenes editadas, pero también, de gente que lleva mucho tiempo cuidando su alimentación, haciendo ejercicio y de horas posando frente a una cámara. No te compares.
- Si vas a empezar a llevar una vida saludable, hazlo para cumplir las expectativas de una sola persona: TÚ.
- Que comer no sea una obligación ni un castigo, sino, un gusto y un placer.